sábado, 31 de enero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 7: RAÍCES EN EL RECUERDO Y EN EL LLANTO

7

RAÍCES EN EL RECUERDO Y EN EL LLANTO

Montañas. Crestas de plata, aún sin nieve;
penachos desgarrados por el viento.
Yo os vi, con esos ojos que no olvidan.
Pero, ya antes -sin ver- os había oído
en la dulce palabra de la sangre.
Vinisteis como el viento, susurrantes,
en las noches de invierno, junto al fuego,
entre historias de lobos y pastores.
No sois sueños. Seguís velando el mío,
que dormir quiero siempre como niño,
ceñidas a la mano que lo arrulla
e impresas en los ojos de mi alma.
Os veo altivas, al caer la tarde.
Oigo el grito del viento, el son de esquilas.
Huelo a incienso de heno y de manzanas.
Y me veo trepar vuestros regazos,
jadeando entre tomillo y duros riscos,
buscando alguna flor o alguna hierba.
Seguís allí, aunque yo ya no os mire.
Sois mías... Y míos son los árboles
que, a vuestros pies, plantaron los abuelos.
Aún quedan -con las mías- sus raíces,
que nutren a la tierra tras la tala
y de ella se alimentan. ¡Quizá viven!

Ella, levantó aquel hogar... Así fue.
Tal vez mañana, al hilo de la aurora,
otra madera se levante y crezca,
junto a aquella. Y enlace sus raíces
con las suyas, para absorver la savia,
aún viva y poderosa... Eso fue ayer.
Hoy, quiero recordar. Cierro los ojos
y veo un cielo azul, sin una nube.
El vuelo majestuoso del águila...
El chorro de cristal que, transparente,
de perlas salpicaba aquella roca.
El oro viejo, en las eras del trigo,
que mil dientes rizaban y pulían.
Aquel camino que va hasta la iglesia
y la torre que alberga la campana:
“Ellos lo hicieron”, dice la inscripción.
Y dice “cuando”... Yo, no había nacido,
pero ahora lo sé, porque lo siento.
¿Qué fue de los candiles que, en la noche,
alumbraron con fe mis ilusiones?
Quisiera estar allí. Y verlo intacto.
¿También el Campo Santo?... Nunca lo vi.
Otros he visto, entre dolor y llanto...
Que si la luz es madre del recuerdo,
donde está el llanto está siempre el corazón.
Alphonso CARBAJAL

Al pueblo de Aviados,dormido en la Montaña de León

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I Cantos de amor y devoción Poemas 4, 5 y 6. TRES SONETOS DE AMOR A LEON, MI PATRIA, POR SER PATRIA DE ESPAÑA




















4

RÍO BERNESGA

Historia viva a tu cauce grita,
teñida, entre la espuma, por la sangre
de los que a España dieron su raigambre
con el valor y sangre en que fue escrita.

Dulces aguas de mi niñez bendita,
en tus orillas se tejió el estambre
de santidad y fe; de gloria, el hambre
y del honor que en un blasón palpita.

A tu paso, León, en su alma siente
del Tiber el murmullo y el acento,
porque el alma de Roma está en tu puente.

Mas, si Legión en ti puso el cimiento,
el alma tu pusiste en tu corriente
y -allende el Mar- de España el sentimiento.


Alphonso CARBAJAL
León, Septiembre de 1995





















5

MÁS LUZ QUE PIEDRA

Agujas como flechas que, en su vuelo,
al cielo apuntan y a la tierra llaman.
Campanas entre piedras que reclaman
de la Tierra la voz que sube al Cielo.

En el aire, la piedra se hace anhelo;
esperanza de quiénes a Ti claman,
que celestial Princesa te proclaman
y de valle de lágrimas Consuelo.

De Ti viene la luz que, a borbotones,
la filigrana rompe en mil colores
al cruzar transparentes rosetones.

Sean a Ti, por siempre, los clamores.
Que, con amor, en León, los corazones,
la piedra han hecho Flor entre las flores.


Alphonso CARBAJAL

León, Septiembre de 1995






































6

ROMÁNICA SOMBRA ILUMINADA

Sumerge tu penumbra, tan callada,
el alma en sus recónditos destinos,
que la Luz que ilumina los caminos
de tus muros ha hecho su morada.

Románica mansión iluminada
que, día y noche, vela humanos sinos
para mostrar serena los divinos
en tierra por el Cielo arrebatada.

Reyes yacen en nomble maravilla,
que -antes de otros nacer- hicieron leyes
y rigieron España hasta su orilla.

No es tu gloria ser losa de esas greyes,
ni la luz de Isidoro de Sevilla,
sino ser trono y luz del Rey de Reyes.



Alphonso CARBAJAL

León, Septiembre de 1995