domingo, 15 de marzo de 2009

CIERRE TRANSITORIO DE ESTE BLOG

Este Blog, queda CERRADO TRANSITORIAMENTE, con fecha de hoy, 15 de Marzo de 2009, HASTA LA INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL de los Cuatro Libros de poemas anunciados en las entradas 2ª a 5ª, de 2 de Febrero a 3 de Marzo de 2008, más otros no anunciados.

¡NO AL PLAGIO!

sábado, 14 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 36: DEMASIADO FUERTE, DEMASIADO INTENSO

36

DEMASIADO FUERTE, DEMASIADO INTENSO


Entro en un Bar. “Mi” Bar.
Tomo café y oigo una música
que siempre suena allí, en un altavoz.
Oigo también voces
que atruenan, chillan, gritan. No modulan.
¡Qué horror...!
Pero, canta una voz:
“¡Es demasiado fuerte... es demasiado intenso...!”
¿Qué es demasiado fuerte, qué demasiado intenso?
¡Hay un ser que sí es fuerte
y alguno hay que es intenso!
¿Dónde estará?...
La “barra”, es de madera
de pino, barnizada,
pulida y deslizante,
pero, ¿acaso es fuerte o es intensa?
Es de madera. Solo “está ahí”.
Veo estanterías y anaqueles
cargados de botellas,
licores y brebajes
que ingieren sedientos parroquianos.
Oigo palabras sueltas,
vacías, desconchadas, mutiladas... Palabras mudas
(no son fuertes, sólo son groseras
y, a veces, blasfemas y sacrílegas),
dolorosas y tristes (son intensas
en dolor y tragedia). Es el mundo.
Voces cascadas, chirriantes,
mal timbradas. No son de plata,
ni tampoco de miel. No son garganta
profunda, en pecho alado.
No son intensas. Son gritos,
voces de ribera, de superficie lisa y plana
que salpican el agua sin torrente
y, sin torrente, dejan marchar el agua:
“Compré ayer una tarta;
yo, para eso, soy muy mío;
hazme un chocolate, que es muy rico;
eso está hecho, lo que yo le diga”...

y, sobre todo:
“Duermo tranquila, con cuatro cerraduras”...
Pero, en el aire:
“¡Es demasiado fuerte... es demasiado intenso...!”
Miro al techo, a las paredes,
a la cerveza rubia, que mana un surtidor extravagante,
con una “marca”. Es rubia la cerveza,
pero, ¿es fuerte e intensa?
Tan sólo obnubilante... Sólo es cerveza.
Hay empanada, pulpo “a feira”
y -cómo no- pimientos de Padrón.
Son muy picantes (a veces).
Nunca intensos.
Entra y sale la gente: “Buenos días”, “Hola”,
“buenas tardes”, “hasta luego”...
¡Adiós!
La puerta, en un extremo, se abre y cierra
y cada vez respira con terror.
Su aliento, sí es intenso, pero es frío
y el frío es enemigo del calor.
Voces y voces. Sin eco. Sólo gritos.
Malsonantes o torpes, otra vez.
¡Qué mal suenan los gritos, si no hay voz...!
Quizá, son fuertes... pero no son intensos.
No veo nada fuerte, con valor
y consistencia de hierro,
con talante de acero y su espesor
que, cual espada templada, rasgue el aire
y, en el aire, al cortarlo, su fulgor
de acero toledano, ponga el brillo
que la luz al acero hace brillar.
Para tomar entre espinas la rosa
que la mano no puede alcanzar. Eso... era antes.
Ahora, no se toman rosas con espada...
tan sólo una copa de coñac. Eso, sí es fuerte
-y el ron, el whisky, el aguardiente-
si está dormida la mente
o se quiere anestesiar.
No siento nada intenso, no lo toco
ni lo oigo, ni lo veo... Nada hay.
Ni el color... Ni una sonrisa, una hierba, una lágrima,
un gesto, una paloma o... una flor.
Sólo voces... Más voces y más gritos. Van y vienen.
A veces, un periódico -que se abre-
mueve labios y un dedo lentamente,
buscando la noticia en un renglón:
“¡Jo... me... puta... La...!” (apago los oídos,
los clausuro, no puedo oir
“blasfema” imprecación). El buen Dios,
hace la vista gorda... Perdona siempre
y más, en la ocasión.
Que es lenguaje ya desemantizado
y, ni hay ofensa, ni hay que pedir perdón.
Sólo es triste:
Ha empatado el Madrid en Compostela
y... ¡el mala bestia, había puesto un dos!
¿Qué hacer ya aquí?... si nada hago, ni hacen.
Y, ¿qué hacer fuera?... si no hay nada que hacer.
Se van. Vienen y vuelven. Se sientan
(si hay donde). Tosen, ríen (groseras carcajadas).
Vuelven a sentarse... se levantan...
La puerta, sigue respirando.
El frío entra. Sale el calor.
Y, sin calor -con frío y tiritando- me voy yo.
Mas, en el aire, de nuevo, aquella voz:
“¡Es demasiado fuerte... es demasiado intenso...!”
¿Qué será?... ¿será el dolor?
Alphonso CARBAJAL
Madrid, Marzo de 1996

viernes, 13 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS. Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 35: DESCUBRIMIENTO EXISTENCIAL

35

DESCUBRIMIENTO EXISTENCIAL



¿Acaso no te dije en primavera
que los cipreses suben hasta el cielo?
¿No sabes que el arroyo busca el suelo
y las mieses se majan en la era?

¿No aprendiste, de niño, que la fiera
lanza su zarpa, tras el brusco vuelo,
y que la mar encuentra su consuelo
entre rocas y pinos de ribera?

¿Por qué, ahora, te muestras sorprendido,
al padecer la garra del más fuerte,
y lloras tus congojas, malherido?

¿No sabes ya que has de quedarte inerte
y, por siempre, felizmente dormido,
porque el hombre es un ser para la muerte?


Alphonso CARBAJAL
Madrid, Mayo de 1992

jueves, 12 de marzo de 2009

Libro I AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción. Poema 34:: ¡QUÉ PRONTO!



34


¡QUÉ PRONTO…!



Qué pronto las ilusiones

que ayer al cielo volaban,

cual si fueran mariposas

o palomas de alas blancas,

fatigadas en su vuelo

rozan en tierra las alas.


Qué pronto se fue el verano…

apenas sin primavera.

Cómo el viento, en la ladera,

barre las hojas del árbol.

¡Cómo el invierno ya espera,

con su hielo y con su llanto!


Volverán las primaveras,

en la sangre renovada.

Volverán las mariposas

a salpicar los rosales.

Volverán los cigarrales

a trinar en el verano...


Y volverán las canciones

a arrullar, en las ventanas

de aquella casa, las noches.

Volverán las alboradas

y la luz con la que inundan

a la tierra, tan callada.


Volverá el rayo de luna

a besar la luz dormida.

Volverá la voz del trueno,

en la tormenta de estío.

Volverá el calor y el frío.

Volverá la madrugada.


Volverá en Marzo el jilguero

a cantar junto a la fuente.

Y, a colgar en el alero

el nido, que en barro envuelven,

volverán las golondrinas.

Las ilusiones... ¡no vuelven!


Qué pronto llega la tarde,

apenas nacida el alba.

¡Qué poco dura la vida,

aunque parezca tan larga!

Qué pronto se va la suerte.

Qué pronto se apaga el fuego.


¡Qué pronto llega la muerte!




Alphonso CARBAJAL


Las Navas, Agosto de 1995






miércoles, 11 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS. Título II. Cantos de dolor y aflicción. Poema 33: ANGUSTIA, ANTE LA VILEZA DE LA NADA

33



ANGUSTIA, ANTE LA VILEZA

DE LA NADA EMPONZOÑADA,

ASESINA DELPENSAMIENTO



Ese clamor que alerta los sentidos,

achica el ánimo y conturba el alma,

vacía el corazón de interior calma,

apaga la razón y aviva los latidos.


Ese eco inhumano, en mil ladridos,

que el viento expande y el oido ensalma,

la vista troca en lanza, sin ser palma;

y, si lanza, acrecienta los gemidos.


Ese injusto y cruel presentimiento

del rapaz revestido cual alondra,

dispuesto a asesinar el pensamiento.


Del reptil emboscado entre la sombra

-mascarada sin base ni cimiento-

a imagen del infame que le alfombra.



Alphonso CARBAJAL

martes, 10 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS. Título II Cantos de dolor y aflición. Poema 32: NO SÉ CANTAR

32

NO SÉ CANTAR



Aquella calle, aquel sitio, aquel día...
No entiendo lo que pasa... ¡Me hacen cantar!
Siento rubor... Entre la suya, obesa.
tomó mi mano... ¿Sería un juego de azar?
No recuerdo la canción. Yo, ya no sé;
nunca la supe, ni oírla quise nunca.
Moví los labios... El alma estaba quieta,
ausente, triste. No estaba en el lugar.
¿Por qué? ¿Por qué estaba yo allí, aquel día?
¿Tan sólo por vivir, sin esperar
que a mis pies pusiese alguien camino?
Mas, ya dijo un gran poeta, en su cantar:
"Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar"



Alphonso CARBAJAL

lunes, 9 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 31: ME FUI

31

ME FUI


Me fuí un día de Marzo, a media tarde,
cuando en aquel reloj eran las dos.

Tal vez, huía... ¿Acaso había razón?

¿Qué puede hacer, acaso, un alma tensa,

cohibida, triste, sin rumbo ni ilusión;

perdida en la distancia, en los afectos,

hallada entre los brillos de neón?

Casi nadie me vió. Eran las dos.

Los que latían bajo el mismo cielo,

no pudieron sentir que, con dolor,

otro cielo camabiaba mil reflejos,

grises, pardos -hostiles- y el verdor

de las dulces montañas, aún de plata,

en ocre y siena tornaba su color.

Volaba -mas sin alas- por la estepa

reseca, dura. Atrás el corazón...

No quisieron los álamos del río;

ni la torre en que estaba aquel reloj;

ni el vecino que vi por la mañana;

ni el amigo que vino a la Estación,

no lo quisieron, no, no lo quisieron...

No quisieron jamás decirme adiós.

Yo lo dije, por todos, sin decirlo

y, sin decirlo, lo supo el corazón.

Aquí estoy. Confieso que he vivido.

Si he de vivir mañana... ¡sabe Dios!

Anoto aquel latido en la memoria

que, a las venas, envía con tesón.

Mas, maldigo el minuto y el segundo

que cuenta y que controla otro reloj.
¿Y qué tengo? Sólo tengo el recuerdo,
la memoria, el dolor y una canción...
Porque el reloj del alma se detuvo
cuando, al partir, en él eran las dos



Alphonso CARBAJAL

sábado, 7 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 30: LLANTO POR LA LIBERTAD

30

LLANTO POR LA LIBERTAD, QUE
NUNCA LLEGA

Invisible potencia que, del Cielo,
vienes a mí y no encuentra el alma mía.
Lejos de ti, tu abrazo, cada día,
busco anhelante y lloro, sin consuelo.

¿Cuándo y cómo, podrá caer el velo
que empaña mi penosa celosía
y al fin, la luz del sol, con alegría,
podrá alegrar mi paso sobre el suelo?

Alzar firme mi voz, con firme acento,
la misma que del Cielo oigo y recibo,
sin que esa misma voz suene a lamento.

¿Cuándo la infame bestia, sin motivo,
dejará el torbo instinto, el cruel aliento,
de matar lo más vivo de lo vivo?


Alphonso CARBAJAL

viernes, 6 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 29: SÓLO SENTIMIENTO

29

SÓLO SENTIMIENTO


Palabras, no... Tan sólo sentimiento,
que vuela con acento de ilusiones.
Mariposa que bate en el verano,
movida por su aliento, blancas alas.
Caminante, buscando los colores
que pinta, tras la lluvia, el Arco Iris,
de sueños, de destinos y de amores
que vuelan entre flores, como el viento,
y como el viento mueren, sin palabras,
como mueren del hombre las pasiones...
Ocaso tibio y gris, en grises sienes.
Arrugas, como surcos, en la cara;
heridas en el bronce de las manos,
girones y arañazos en el alma.
Tan sólo amor, sin odios ni rencores.
Tan sólo sentimiento... sin palabras.


Alphonso CARBAJAL

jueves, 5 de marzo de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 28: EN EL DESIERTO


28


EN EL DESIERTO



Sabiendo, sin saber, nada consigo;

el camino que andar nada adelanta,

ni despejo el enigma que me espanta

ni me acerco al oasis que persigo.


A veces, en la arena, veo y sigo

reflejos de la luz que el sol encanta,

disfrazados de azul, de verde planta,

que solo de mis sueños son testigo.


Sangran mis pies cansados y parece

que mi pecho no siente sus latidos.

Ya no hay sol, ni hay estrellas. Ya oscurece.


Sangra mi alma y sangran mis sentidos.

La noche se hace eterna y... ¡no amanece!

El eco trae de lejos mil ladridos.


Alphonso CARBAJAL

sábado, 28 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 27: A LEOPOLDO MARTÍN PRIETO

27

A LEOPOLDO MARTIN PRIETO,
EN EL DIA EN QUE PUDO SER FELIZ


A punto de extinguirse ya el rescoldo,
en el estío trepidante hoguera;
un pié ya en el estribo de otra era,
adiós, hasta mañana, buen Leopoldo.

No quisiera yo herir, y bien me amoldo,
sentimientos del alma en la pradera,
cuando ya, en el otoño, la quimera
barre las hojas, bajo el cielo entoldo.

Trocar, al fin, en triste despedida
lo que alegría en otro caso fuera,
pues todo lo que viene halla partida.

Mas, viaje sin tan dulce compañera,
es invierno y exilio, más que vida.
Con ella, hoy, sería primavera.


Alphonso CARBAJAL

viernes, 27 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poemas 24, 25 y 26: TRES LAMENTOS DESDE MI OSCURA CELDA

TRES LAMENTOS, DESDE MI OSCURA CELDA:

24


SE HA MUERTO LA SIMIENTE

¡Cuánto dolor, cuán dolorosamente
a los días sin luz sigue la noche...!
Y en la noche, se muere la simiente.
Yo la sembré, la puse en tierra fértil.
En ella, con dolor, hendí el arado
y la regué con agua de mi frente.
Fue el sol, ayer, quien puso con sus rayos
la esperanza de ver nacer la espiga,
mas, sin el agua, el sol no es suficiente.
Agua, no soy. Soy solo la corriente
de aquella voz que clama y se acomoda
en tierra calcinada, dulcemente.


25

BUSCANDO VOY MOLINO

No soy espiga, sino grano.
Ni tampoco olivar, tan solo oliva.
Buscando voy. Busco molino.
Olivo soy, no hallo almazara.
Fuera mejor que nunca más buscara
un valle entre barrancos.
Soy olvido.
Soy la tierra sumisa, tan callada,
donde crecen naranjos con olivos,
que se cargan de frutos, junto al trigo.
Mas, ¿cuál es mi verdad, cuál es mi nombre,
mi sendero, mi Norte, mi destino?
¿Qué puerto he de tocar, cuál es mi sino
si, entre tinieblas, solo soy un hombre?


26

¿POR QUÉ?

¿Por qué, si puedo arder, no soy el fuego;
si soy la luz, no puedo ver el día?
¿Por qué la angustia, la melancolía,
sitian el alma, apagan la memoria
del dulce sueño, ayer, sin alegría?
¿Por qué de mí huyo la fortaleza?
¿Por qué he de recordar, si soy Historia;
qué Ciencia soy, si soy Naturaleza?
Testigo, sí, de llantos y de penas,
¿por qué no viene a mí la Poesía?
¿Por qué, de hierro, trenzo las cadenas
que me esclavizan, siendo soberano?
Que... Historia soy... que soy Naturaleza.
¡Que hasta soy Dios...!,
pues Dios me ha hecho su hermano.



Alphonso CARBAJAL
Madrid, Mayo de 1992

jueves, 26 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción. Poema 23: EN LAS HORAS MÁS DURAS Y ANGUSTIOSAS

23

EN LAS HORAS MAS DURAS Y ANGUSTIOSAS


Por ser tuyo, Señor, y porque quieres
padezca yo indecible sufrimiento
y siga tras tus huellas sin lamento,
bendito sea el dolor con que me hieres.

Gracias mil por mostrarte cual Tú eres,
al darme de tu cáliz la bebida
que es del hombre al nacer justa medida,
más que la luz, la brisa o los placeres.

Mas, ya no puedo más -mi Dios, ¿qué he hecho?-
eterno Dios, por mi crucificado,
el peso de tu cruz llevar más trecho.

Apiádate por fin de mi pecado,
que soy cobarde y débil y, a mi pecho,
no fluye ya la sangre, se me ha helado.

Alphonso CARBAJAL

León, 28 de Noviembre de 1988

miércoles, 25 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poemas 21 (NADA) y 22 (ANGUSTIA)


21

NADA

Sin ver la luz del sol, ando el camino
en la prisión del alma soberana.
Con la luna regreso, entre el gentío.

Las horas cruzan lentas, sin destino,
en un reloj de arena que desgrana
cada soplo de ser, mudo y vacío.

Ayer, igual que hoy... y que mañana.




Noviembre de 1993
Penal Socialista de Las Caracolas,
al Alba


22

ANGUSTIA


Ese sentir tan temido,
tan adherido a mi entraña;
ese zarpazo que araña
bajo mi piel el sentido.
Ese profundo latido
que bronco salta en mi pecho;
ese clamor hasta el techo
del cielo que - sin ver- miro.
¡Ese angustioso suspiro
del alma en un puño estrecho...!


Noviembre de 1993
Penal Socialista de Las Caracolas,
al Crepúsculo
Alphonso CARBAJAL

martes, 24 de febrero de 2009

Síntesis Final: PADRE NUESTRO (Soneto con estrambote)

PADRE NUESTRO


Tantas veces, te dije Padre mío,
que Padre nuestro, a Ti, mi voz hoy clama
y, en mi voz, siento arder también la llama
del fuego de mi pecho, ayer vacío.

Aunque estás en el Cielo, aquí porfío
el Reino que la Tierra te reclama:
tu Justicia, Señor, que amor inflama,
tu Vida y tu Verdad... ¡En Ti confío!

Glorificado sea tu nombre santo
si, cuando parta el pan, mi pulso es fuerte.
¡Perdóname!,... si te he ofendido tanto,

como a otros yo perdono de igual suerte.
Y, si librarnos no puedes del llanto,
¡líbranos ya, Señor, de eterna muerte!

Te lo pido por nuestra santa Madre
que, amorosa, nos besará en la frente.
Alphonso CARBAJAL


A cuantos, además de hombres, tratan
de ser cristianos y, muy en
especial, a mí mismo

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción. Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (X)

X
Negrita
AMÉN

Amén, Señor, es “así sea”.
Pero, “así sea”, solo con palabras,
es un amén que suena... a "que no sea".
Las palabras... el viento se las lleva.
Habrán de ser mis hechos, mis amores,
los que amor pongan sobre las palabras
y de palabras hagan nacer flores
en duro pedregal, yermo y vacío.
Que, sin dar fruto, se secó la higuera
y “por sus frutos” Tú has de conocernos,
Que no es decir “Señor”, lo que habilita
para entrar en la entraña de tu Reino.
Ni decirlo con métrica... tampoco;
ni tener fe, para mover montañas,
pues ya dijo Santiago, en esa carta,
que fe, sin obras, “es fe muerta”.
Yo quiero, vivir, Señor, quiero cantar;
también, quiero cantarte y bendecirte.
Mas sobre todo, Señor, quisiera amarte,
llevando al que en la vida me acompaña.
El amor es amor, no son palabras,
aunque palabras diga para amarte.
Ni sólo Misas, o “genuflexiones”...
Ni aún con ellas, Señor, será bastante
ni, sin ellas, tampoco insuficiente.

“Nadie Te ha visto” y, si “amor eres”,
tan solo amor podrá ser suficiente.
Que no es de aquí mi canto y mi lamento,
ni aquí quiero cantar ni lamentarme.
Donde quiero cantar, es en tu Reino
y, pues -dices- “padece violencia”,
por Él, en el amor, he de matarme.
Para que vivan otros, suicidarme
con amor, alumbrando su alegría.
Que alguna vez, al terminar el día,
más bien “a la caída de la tarde”,
sólo de amor habrás de examinarme.
Ni más crímen has de reprocharme,
ni por otro delito has de juzgarme...

Me despido, Señor... Ya que te canto,
resumo, al fin, mi canto brevemente.
Y en oración, mi canto ha tornarse,
(en la plegaria que Tú nos enseñaste).
Mas, si ha muerto ya el “hombre viejo”
y, si muerto, “el nuevo" ya ha nacido,
he de cantar, y canto, más que escribo,
un nuevo y renovado “Padre Nuestro”.
Nuestro, nuestro, Señor... ¡No solo mío!



Alphonso CARBAJAL

lunes, 23 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN ELCIELO? (IX)

IX

LIBRANOS, SEÑOR, DE TODO MAL


¡Cuántos males, Señor...!
¡Cuántos me acechan!... Se ciernen sobre mí,
agitando en la noche mis temores.
¿De todos ellos Tú querrás librarme?
¿De esa horrible jaqueca que yo tengo,
casi siempre, y del dolor de espalda?
¿Hasta de esos, que son males menores
por mucho que molesten y quebranten?...
No te pido, Señor, me libres de esos,
ni aún de otros, que son mucho mayores.
Los sufro, sin dolor, aunque me duelan.
Con alguna aspirina y un ungüento
voy paliando los males de este cuerpo...
Los del alma, Señor, son los que cuentan
y -en el alma- también los corporales,
pues alma y cuerpo, que son la misma cosa,
yuxtapuestas no están, que están mezclados.
“¡No tengais miedo!”, decía tu Vicario,
tu Sumo Sacerdote, aquí en la Tierra...
Pero él era hombre santo y Santo Padre;
tomaba tu valor, cada mañana,
y lo entregaba a este mundo por la tarde.
Yo, sólo estoy aquí y él era en Roma;
vestía de blanco puro y yo de estambre.
Él, era fortaleza. Yo... soy miedo
y, a mi miedo, gritan todos los males.
La Caja de Pandora, si se abriera,
no podría albergar tantos contrarios.
Miedo a vivir, miedo a dejar de hacerlo;
miedo al riesgo, a la naúsea y a la angustia;
miedo al placer y miedo al sufrimiento,
al dolor, a la dicha y al conflicto;
a estar aquí y allá, sin fundamento.
Miedo a la enfermedad, miedo a la muerte;
al ser, a la existencia y... a la nada.
Ya son tantos mis males, no podría
pedirte, mi Señor, que me libraras
de este o aquel, todos al mismo tiempo...
Y tan solo de un mal quiero me libres:
Pues, sea pronto, sea tarde -o sea mañana-
de la muerte ni Tú puedes librarme
(porque quisiste ver la misma suerte),
si de muerte en la tierra no me libras...
¡líbrame, Señor,... de eterna muerte!




Alphonso CARBAJAL

sábado, 21 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción. Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (VIII)

VIII


NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN

No nos dejes, Señor,
que en ella perecemos y, del riesgo
advierte con prudencia tu Escritura:
Si, temerarios, el peligro amamos,
en él, sinduda alguna, perecemos.
Mas, ¿cuál es el peligro, cuál el riesgo?
Tal vez, aún se dice y con razón,
que son la carne, el mundo y el demonio,
del alma los mortales enemigos.
Tú, hablaste de la carne y del espíritu;
el último "está pronto", la otra "es débil".
Pero, Señor, en esto de "la carne"
(¿no se podría decir ya de otra manera?)
tengo yo algunas dudas. Pues no todas
"las carnes" son iguales, ni ellas todas
colgarse pueden "en el mismo gancho".
Ninguna de ellas es especialmente
más o menos "carne"...
¿No será acaso lo del Sexto...?
¡qué estragos hizo eso, en su momento,
y sacó tantas cosase su quicio...
¿Tan sólo carne es "eso"?

¿Acaso es meos carne "el dividendo",
que el banquero idolatra y al que adora?
¿Cuál es la "tentación" del poderoso
que en el poder se mira, con él sueña
y del poder hace esclavo a quién lo sufre?
¿Acaso es menos carne el egoísmo,
que sólo para sí las cosas quiere?
La gula, la avaricia, el despotismo
de la soberbia, que a humildad humilla.
La vanidad, que inflama alma en vacío;
la envidia, que corroe el alma misma...
Que siete son los vicios de la carne
y no uno sólo... Amor sólo concupiscente
no es amor -quizá- pues, desde luego,
el amor ha de ser benevolente.
Tú, bien sabaes de Amor, ya que lo eres;
lo creas, nos lo das y lo transciendes;
lo elevas de contrato a sacramento...
Que el hombre y la mujer, nos dice Pablo,
han de ser dos en uno, y la simiente
del fruto del amor, de la esperanza
de renovada fe... Y -según Juan dice-
de lus, en la Luz que vino al mundo.
No me digas que algo tan "transparente",
como la pura luz que el sol imparte,
es ocasión de yerro y desvarío.
Eso, no es tentación. Es... "monumento"
de tu gloria, de tu gusto, de tu artes...
Que todo amor, Señor, es sacramento
y basta para ello, en un instante,
ser libre, consciente, sin dislate,
sin instinto de selva y ningún daño.
Qué no sólo "palabras de presente"...
Y canonista soy... Mas, sobre el canon,
está siempre el amor, si es transparente.
Apártame, Señor, de tentaciones,
pero no del amor, si a nadie hiero,
que en el amor vivo, por el muero
y por él y en él, Tú nos creaste.
A pesar de estar muertos, nos salvaste
por la Mujer y obra del Espíritu
y, en una cruz, a todos nos amaste.
Que, Tú eres Dios y yo... tan sólo un hombre,
y carne soy -no sólo espíritu-
pero tu propio Espíritu en mi carne.

¿El mundo...? Ahí está, en la ventana
de ese televisor, desde el que miro.
No salgo de mi cueva, y lo que veo
(¡qué codas veo, Señor, cómo está el mundo!)
casi siempre me aburre, no me tienta,
y si me tienta, "cierro la ventana".
Que el mundo no soy yo, yo no soy mundo,
sólo soy "yo" -sin ser- ya que mañana,
de la vida siguiendo la corriente,
con el tiempo, y en forma soberana,
el "yo" que soy, será "Yo" transcendente.
En Ti... estoy yo, Señor. Ahí... está el mundo.

¡El demonio...! Curioso personaje...
Si es preciso, escribo con mayúscula
Satán, Luzbel, "Perico", Belzebú,Pero Botero ó Mefistófeles
(que todos esos nombres son ilustres y... castizos)
Pero... ¿qué es "el demonio", Señor...? ¿No soy
yo mismo, cuando de Ti me aparto y
me separo...? Mas, si en Ti permanezco,
el enemigo es nada. Que, contigo,
en mí no cabe ya ningún demonio.
No quiero que tu Iglesia me excomulgue,
pues es tambíén la mía, y obedexco...
Mas... ¡líbrame, Señor, de mi egoísmo!,
que del "demonio", librarme... sé yo mismo.


Alphonso CARBAJAL

jueves, 19 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUETRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (VII)

VII

PERDONA NUESTRAS OFENSAS...
¿CÓMO PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN?


¿Igual?. Siendo así,
perdóname, Señor, cuando te ofendo;
perdona, por favor, pero no olvides,
que cuando yo "perdono" a quien me ofende
perdonar siempre quiero, mas no olvido.
Y, si has de perdonar de igual manera,
del mismo modo con que yo perdono,
justo habrá de ser -puesto es recíproco-
que no pida de Ti perdón distinto.
Mas, si como perdono me perdonas,
sin que al perdonarme ofensa olvides,
¿qué podrá ser de mí, si así perdonas?
¡Que podrá, así, ser de mí, Dios mío...!
Quizá también, Señor, a veces pasa
que olvido al ofensor y hasta la ofensa,
la desprecio, la ignoro, lo razono,
me tiene sin cuidado, en apariencia,
pero, si a recordar vuelvo... ¡no perdono!
Del perdón, he hecho yo pasivo juego:
Si perdono -pues grande es- no olvido
y si -cómodo- olvido, no perdono.
Perdonar, es cristiano... Olvidar, "tonto",
que Tú dijiste fuéramos hermanos,
pero nunca jamás dijiste “primos”.
¡No sabes cómo soy, cómo las gasto...
a mí, el que me la hace, me la paga!...
Soy muy listo... no soy ningún “pardillo”,
soy un lince, a mí "no me la da” nadie.
¿Perdonar, yo?... ¡No me da la gana...!
Mas, Señor, soy así... Tú, bien lo sabes.
Pedir no puedo, por ello, me perdones
como perdono yo, que no perdono,
sino como perdonas Tú:
Setenta veces siete...
Gracias, Señor, pues sólo de este modo,
podré tener de Ti visión un día.
Mas te prometo -insisto, te lo juro,-
ya que es difícil deje de ofenderte,
perdonar, de verdad, si alguien me hiere.
Perdonar... es amar. El más sublime
amor de cuantos haya. Amar al que me
ama, no es gran cosa. Tú lo dijiste.
Mas, a aquel que me maldice,
me persigue, me aruina y hasta me odia,
no sea mi impiedad la que le ofrezca,
sino el amor de tu misericordia
y con ella el perdón que Tú me ofreces.
Perdón siempre, Señor -a mí y a todos-
y más a mí, si a todos yo perdono.
Gracias, Señor, que tantas veces me amas,

Gracias te doy, pues me has amado tanto.

Alphonso CARBAJAL

miércoles, 18 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (VI)

VI

DANOS HOY EL PAN DE CADA DIA

El pan caliente que amasa el panadero,
crujiente y aromático alimento,
que nutre, que sostiene, que se parte.
Que congrega, que une, que hace humanos...
¡Que olor a pan, Señor, a pan caliente!
Tú lo partiste y lo diste aquella vez...
¿Recuerdas?... Ya lo creo... Fue ese día...
Tu palabra, en la falda de aquel monte,
golpea mis oídos todavía.
La gente te seguía y tenía hambre
y Tú les diste... pan y algunos peces.
Y, con el pan, les diste tu palabra.
Da hoy tu pan al mundo, aunque te olvide,
pues tal vez, sólo así, podrá seguirte.
¡Danos el pan, tu pan, el pan de siempre!
Te pido sólo el pan de hoy. Mañana
otro día será... ¿Habrá mañana?
Mas, dame sólo pan, que es suficiente.
No quiero más que un trozo... Acaso vino,
que alegre un poco el corazón. Pues -triste-
recuerdo aquello, que un niño te decía:
"Da, Señor, pan a los que tienen hambre
y hambre de Ti a los que tienen pan"
.
Hoy, tengo pan, Señor. Te doy las gracias,
pero, ¿también tengo acaso tanta hambre?
Quizá podrías hacer que mi pan parta
como solías Tú... Tal vez con eso
recuerde yo también cómo lo hacías.
Eso fue en Emaús, si no me engaño,
mas, ¿tendré pan para todos?. ¿Sabes, Señor?...
Tus hijos pasan hambre. Hambre, sí,
las dos terceras partes de la Tierra.
Sin nevera, despensa y micro-ondas,
se arrastran en la arena del desierto,
allá en el África... En los suburbios de
Sao Paulo, de Calcuta, el Altiplano...
También aquí, Señor... ¡Aquí en mi barrio!
Este pan que me das, ¿podré tomarlo,
antes de ir a dormir, y estar tranquilo?
¿Acaso, mi Señor, no me hará daño
la mirada, sin pan, de tantos niños?
Y, ¿si rezo un rosario y voy a Misa,
y te ruego por ellos, con jaculatorias,
y estudio tu Palabra y profundizo
en las altas verdades de los dogmas?...
¿Quizá así, Señor, tendrán pan ellos?
Tal vez, haya de hacer bien mi trabajo,
buscar la técnica, la obra bien hecha,
"enseñar a pescar"... ¿Podré ya entonces
quedarme con mi pan, con mis tres casas,
el producto del fondo de inversiones,
la renta de la tierra, la cosecha
y el sueldo de Jefe de la Fábrica?
Así, Señor, mi alma está tranquila.
¿Qué más puedo hacer ya por tu miseria...?
Sólo mis oraciones de la noche,
algún "retiro", al fin de la semana,
"la visita", la plática y el rezo

del "Ángelus" mediada la mañana.


Alphonso CARBAJAL

martes, 17 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Libro I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (V)

V


HÁGASE TU VOLUNTAD

En el Cielo...
En el Cielo, sí... Allí, Señor, es fácil.
Tienes a tus santos, y a tus Ángeles.
Tronos, Dominaciones, Potestades...
adoran y bendicen tu palabra.
Mas, aquí abajo es duro al artesano,
al labriego que muere con su arado,
en la tierra reseca sin la lluvia;
al obrero que no tiene trabajo
o sufrió con pavor aquel despido;
al patrono que axfisia el sindicato;
a la viuda sin un grano de trigo.
Al enfermo que ve escapar la vida,
al anciano que ya a la vida escapa;
la prostituta que el amor comercia,
el drogadicto y el que tiene el SIDA.
Al elector, al que “el Partido” engaña,
al sacerdote que sufrir no puede
el duro celibato de tu Iglesia...
¿Te parece poco, Señor?. Aún hay más:
¿Qué me dices del dolor anónimo,
absurdo, yermo, inútil y vacío?
Del sufrimiento de los inocentes,
del que muere "porque la tenía ahí",
sin razón que lo explique o justifique.
¿Esa es tu voluntad?... Eso se dice.
¿Qué sentido, Señor, acaso tiene
el infiernillo, la chispa del brasero
en la falda de la mesa-camilla?
Aquellos angelitos, que jugaban,
juegan ahora en tu gloria. Eso es bien cierto.
Pero, ¿y su madre?. Tú bien lo sabes:
Es asistenta y trabaja por horas...
no pudo estar allí mientras jugaban.
Señor, que creas solo por tu gloria,
sin que de nada necesites nada,
pues sujeto de lo util nunca eres,
sino tan solo fuente de bondad y
gracia... ¿Por qué de utilidad separas
a quien utilidad al otro daba
al paso de la vida, mientras pasa?
El amor, la alegría, la sonrisa,
siegan presto -¿por qué?- tantas desgracias:
Incendios, terremotos, explosiones,
huracanes, galernas, hundimientos
aluviones, sequías y tragedias...
Se estrellan los aviones, chocan trenes
y ese martirio de la carretera
que, incesante, semana tras semana,
con más de dos mil muertos al año,
el luto y el dolor lleva a las casas.
¿Esto es tu voluntad?. ¿Eres un monstruo?
Pero, si Tú, mi Dios, eres Palabra
origen de la vida... ¿Por qué así?
Tal vez siempre derecho escribes -dicen-
con renglones torcidos en el agua.
Mas, te pido que tu caligrafía
sea legible en forma más palmaria.
¿Nos quieres en Getsemaní, contigo,
pues ni una hora fueron a tu lado?
O aquel cáliz, que Juan y que Santiago
prometieron beber, ¿quieres bebamos?
Dílo claro, Señor. Si ellos pudieron,
también nosotros... Está claro. Mas,
aún bebiendo el cáliz, ¿estaremos
sentados junto a Ti, de cualquier lado?
Eso no es cosa tuya, que es del Padre,
pero es al Padre a quien estoy hablando.
Si así es, Señor... ¡sea así siempre!
Sean tu voluntad y tu palabra,
Aunque, a poder saber, nunca alcancemos,
en el dolor que a veces padecemos,

tus designios de amor y de esperanza.


Alphonso CARBAJAL

lunes, 16 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (IV)

IV

VENGA A NOSOTROS TU REINO

¡Deprisa, Señor, no esperes más!...
No esperes más, Señor, a que en el Cielo
brindarnos puedas tantas maravillas,
que dice Pablo tienes preparadas.
¿No podrías mostrar un "anticipo"?
Que "a fin de mes" estamos, y no llega
nuestro escaso salario de esperanza.
Envía alguna luz a nuestros ojos,
algún dulce sonido a nuestro oído.
Te pedimos tu Reino entre nosotros,
para poder llegar hasta tu Reino.
Yo, Señor, soy más bien republicano,
(que “acata la legalidad vigente")
pero sé que en tu Reino, no hay corona,
ni infantes, ni princesas, ni validos,
ni etiqueta real, ni protocolo...
Tu Reino, Señor no es de este mundo,
pero el mundo lo pide, lo reclama.
¿Por qué no se lo das?... ¡No seas tacaño!
Te sobra la salud, siendo la Vida;
la santidad, pues solo Tú eres Santo;
la gracia, sin la cual nada podemos;
la justicia, pues la absoluta impartes;
la paz, de la que tanto carecemos
y el amor que, por esencia, eres.
¿Por qué, para Ti solo, quieres tanto?
¿No ves que el mundo se hunde y se destruye,
porque de él, el hombre, ha hecho su reino,
que es corte de ambición y de egoísmo?
¿Te das cuenta, Señor, que es ya el Infierno?
¿Para qué quieres otro, si este basta...?
¡Dános tu Reino, Señor, dánoslo ya...!
Voto por Ti, exijo un "referendum",
me afilo a tu partido... Pegaré los carteles,
abriré la campaña (sin insultar a nadie)
y, en tu nombre, Señor -sólo en tu nombre-
gobernaré al pueblo, que es tu pueblo.
Y, si aún así, pierdo las elecciones,
y "oposición" tan débil mostrar puedo,
te suplico Señor, por nuestra Madre,
que administra tus bienes sin recato:
tu gracia, a las almas que la buscan
o, sin buscarla, de ella están sedientas.
Justicia, a los que sufren injusticia;
amor a los que desamor padecen
y paz a quien, consigo mismo, en guerra
no puede alcanzar nunca la palma.
Tu Reino celestial, aquí en la tierra.

¡En la Tierra, Señor, danos Tu Reino!


Alphonso CARBAJAL

domingo, 15 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devocióm. Poema20: PADRE NUETRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (III)

III


SANTIFICADO SEA TU NOMBRE

¿Y cuál?
Tienes uno, Señor, en cada parte,
como amor el marino en cada puerto.
Discúlpame, si soy irreverente.
Ya me entiendes... ¿Cuál ha de ser tu nombre?
Aquel que yo venere y santifique.
Te llamo... como te llamó mi madre,
pues por ella supe que “existías”,
vivías en el Cielo y... me querías.
Eso era todo. Y no era cualquier cosa.
Mas, ¿cómo te llaman otras madres,
de otros pueblos; sus hombres, sus soldados,
sus jueces, policías, carpinteros,
filósofos, artistas o letrados?
¿También estás Tú allí, en sus escuelas;
también tienen allí "Semana Santa"
y Adviento, Navidad y Epifanía?

¿También juran por Ti en sus tribunales
y juran ante Ti por sus banderas?
Europa, América, Africa y la China,
en el Japón, Corea y en Malasia,
¿todos te llaman por el mismo nombre?
¿El que te dió mi madre es el que vale,
y las cosas que dicen mis doctores
son las que hiciste y no hay otras iguales?
¿Es tu nombre, mi Dios, el verdadero,
y otros dioses acaso no son tales,
ni sus nombres son tu propio nombre,
ni tales nombres son santificables?.
“Tú eres Cristo” -está esrito- dijo Pedro,
y eso mismo me dijo a mí mi madre.
Mas, tienes tantos nombres... ¡Tantos ritos!,
ceremonias, latines, incensarios,
pagodas, mezquitas, abluciones,
sacristías, casullas, campanarios,
minaretes, kaabas, sinagogas,
novenas, procesiones... ¡indulgencias!
¿No bastó con tu Cruz, a todo el mundo?
(Se me olvidaba... ¿Ves?, tomo "partido".
Hay dioses sin dolor, dioses "amables"
que otras madres llevaron con dulzura
al sueño de sus hijos en la tarde.
Se me olvidaba. Tú, no tienes nombre
si sólo la razón ha de avalarme
o, por eso, quizá, todos son tuyos,
maneras diferentes de llamarte).
Mas -si justo santificar tu nombre-
habré de hacerlo en cualquier parte:
En iglesias, pagodas, sinagogas
y mezquitas... Con rabinos, pastores,
sacerdotes e imanes. Todos, todos,
Señor, han de santificar tu nombre.
Si desde siempre eres el que eres...

¡que más te da cuál sea!... ¡En cualquier parte!


Alphonso CARBAJAL

sábado, 14 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (II)

II


QUE ESTÁS EN EL CIELO

¿Y por qué en el Cielo?
¿Acaso no es aquí, sobre la tierra,
donde más de tu amor necesitamos?
¡Si, entre llanto, con lágrimas regamos
el barro que nos hizo de este suelo!
¿Por qué no bajas, Señor, a poner orden
en este maremagnum de miseria,
de dolor, de injusticia, de cruel guerra
que el hombre contra el hombre ha desatado?
Sería maravilla que vinieras
para quedarte, esta vez, entre nosotros.
Al menos, la mayor parte del año.
Que en vez, allá por Mayo, cuando "asciendes"
de verdad en Diciembre "descendieras".
Yo te adorara, mi Dios. El alma entera
pondría junto a Ti. ¿Quién no lo hiciera?
¿Quién no sería justo si pudiera
contemplar a dos palmos la Justicia?
¿Quién no sería amor, si Amor tuviera?
¿Quién no se haría pobre si te viera
en Belén y entre pajas tiritando?
Ya estuviste, lo sé, y te matamos,
mas ahora es distinto, estoy seguro.
Si vinieras, y te viera la gente,
y con ella estuvieras, y a tu paso,
pudiera un ciego ver, andar un cojo,
aunque los muertos no resucitaran,
sería lo de menos. Al contrario,
pues todos, de la muerte se burlaran
teniendo entre sus manos a la Vida
y, en lugar de vivir, morir quisieran.
Mas, ¡tan alto está el Cielo!.. Está tan lejos,
que desde allí difícil es nos oigas
y aquí abajo, más aún, que te escuchemos.
¿De qué vale que vivas en el Cielo,
si en la Tierra nosotros nos matamos?
Tampoco pido tanto -si te fijas-
ni es la primera vez. Ya te advirtieron:
¡“Quédate con nosotros”!... Mas, te fuiste.
Vacíos y desnudos nos dejaste,
tan solo por querer hacernos libres.
Y, ¿lo somos?... ¡Maldita libertad!.
Si de Ti priva, es que no es libertad,
es cautiverio. Que ya lo supo Kant,
aquel hombre pensante, cuando dijo:
“Si Dios está patente, no soy libre”
y por eso, Señor, estás latente.
Mas, te propongo un cambio de inmediato:
Prefiero ser esclavo, si presente
Tú siempre estás, y siempre vas conmigo,
que libre, de tenerte siempre ausente.
Si así no puede ser -y no parece-
te digo hoy, Señor, desde aquí abajo:
¡Perdóname...! Perdona el desvarío,
perdona mi flaqueza y mis ofensas,
que de todas me asusto, con espanto.
Perdóname si te he ofendido tanto,

por estar Tú en el Cielo y yo en la Tierra.


Alphonso CARBAJAL

viernes, 13 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS. Título I. Cantos de amor y devoción. Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO?" (I)

I


PADRE NUESTRO

Hijos tuyos somos, sí,
pues de Ti procede el Unigénito.
Mas, ¿somos en verdad del hombre hermanos
en el Hombre que vió clavar sus manos
para ser de todos Primogénito?
Hermano yo...
¿De aquél malvado que me robó la fama,
el prestigio, la honra o el dinero?
¿De aquel que me maldice y me persigue
y que todas ha de pagarme juntas?
¿Hermano yo, de aquella mujer zafia,
sucia, torpe, soez y desdentada?
¿De aquel borrachín del bar de enfrente
que ahoga en el alcohol sus resquemores?
Del vecino que nunca me saluda
y llena la escalera de colillas?
¿Hermano yo, de aquel analfabeto
que suma con los dedos y no sabe
Que Niels Borj era de Copenhague?
¿Hermano yo, del que es de otro partido
y le vota, siempre que hay elecciones?
¿Hermano yo del que es de aquella raza,
de aquella religión o de otra tierra,
de otro pueblo o de otro equipo de fútbol?
¿Hermano yo del pobre en su pobreza,
del delincuente, que ha de sufrir cárcel;
del enfermo que gime, y que me asusta;
del sediento, que no tiene agua fresca;
del habriento, que busca en la basura,
quizá un trozo de pan, entre la sombra...
Descuideros, travestis y mecheras,
prostitutas, ladrones y tahures,
los drogadictos y el que tiene el SIDA?...

Señor, esos, ¿son -¡todos!- mis hermanos?
No puede ser, Señor, no estoy dispuesto.
Tú, no serás nunca Padre nuestro,
sino tan solo siempre Padre mío...
Tan sólo mío, mío... Sólo mío.
Si acaso de mis hijos, mis sobrinos,
mi mujer y mi tía, el Boticario,
aquel señor tan culto y el Notario,
el Profesor de Ciencias, el Médico
y el nuevo Coadjutor, ¡que ese es un santo!...
Y pare usted de contar. Mas te digo,
porque así es la receta: “Padre nuestro”.
Te lo digo en Domingo y a las doce,
minutos antes del aperitivo.
Lo dibujo en mis labios, no en mi mente;
te lo digo entre dientes, y al sonido
de oscuro y monocorde bisbiseo.

Después, quédate Tú... ¡con esa gente!


Alphonso CARBAJAL

jueves, 12 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 19: TARDE EN "LAS ERAS", BAJO EL SOL DE JULIO

19



TARDE EN “LAS ERAS”, BAJO EL SOL DE JULIO

Está cerca la mies... Cerca el camino,
entre prados, verdes en primavera.
Su fruto, ya en sazón, busca en la era
el grano que le lleve hasta el molino.

No puede hallar el trigo otro destino,
ni su ser acabar de otra manera,
sino en el pan, sustancia verdadera
del hombre y su sudor. Fruto divino.

Recuerdo con nostalgia los cristales
pulidos y, entre tablas, mariposas
que, al volar, de la espiga eran puñales.

Aquel tiro de mulas vigorosas
que, en noria plana, trotan tan iguales...

Mis “Eras de Renueva”... ¡eran hermosas!


Alphonso CARBAJAL

miércoles, 11 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 18: OTRA VEZ AQUEL RÍO

18


OTRA VEZ AQUEL RÍO

En tus quietos remansos, viejo Río,
tus aguas, con el sol, mi piel besaron.
Mis pies, de tus arenas se impregnaron
cada día de Julio, en pleno estío.
Tu cauce inhiesto, henchido por el frío
del crudo invierno, cual de plata un puente,
muchas veces crucé. De aquella fuente
que, entre chopos vertía tus latidos,
muchas veces bebí. Y en mis oídos...

aún suena la canción de tu corriente.

Alphonso CARBAJAL

martes, 10 de febrero de 2009

Libo I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 17: TODO ES Y NADA CAMBIA

17



TODO ES Y NADA CAMBIA

Lo que puede pasar, pasa.
Si nada es nuevo, todo es
y, desde siempre, es eterno.
Si no es hoy, será mañana.
Cambian los tiempos e ideas
y otros cauces siempren ofrecen
nuevos rostros que aparecen.
Los hechos, siempre son viejos,
y son los mismos de siempre,
si no miramos de lejos.

Todo es y nada cambia
y, si cambia, es que no es.
Y cuanto no es, pasa,
aunque mil años perdure.
Pasarán las ilusiones;
pasará el viento que arrasa
del corazón las pasiones.
Pasarán “las procesiones”
en cada Semana Santa,
recien nacida la flor.
Pasará la sinrazón,
que la razón descalabra.
Y pasarán las traiciones,
mas no pasará el amor.

No pasará la Palabra.


Alphonso CARBAJAL

lunes, 9 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Poemas 16 A y 16 B. EPISTOLARIO POÉTICO

16 A
EPISTOLARIO POÉTICO


UN POETA DE VERDAD, FELICITA
LA NAVIDAD A ESTE APRENDIZ


Desde la estrella a la fuente
quiebra el alba su venida
por ver que ya está encendida
lumbre más resplandeciente.

Noche aún, el sol naciente
besó la tierra dormida;
el Niño vino a la vida
con el Alba por su frente.

Un soplo de cielo vino,
sandalias de plata y luna
andando por el camino.

Las estrellas, una a una,
tras del ángel peregrino,
bajaron junto a la cuna.


José María SUÁREZ CAMPOS
Navidad de 1995






En respuesta, con
cierta demora, al maestro
José María Suárez Campos


16 B

ENTRE BELÉN Y EL GÓLGOTA

Tu verso hermoso y ferviente,
querido José María,
colma mi alma de alegría
cuando el Sol nace a poniente.

Quiera ese Niño naciente,
que ilumina tu poesía,
nacer en tí cada día
y fecundar tu simiente.

Lumbre que viene del Cielo,
-ayer Cuna, después Cruz-
del hombre sigue la suerte.

Que hoy, soberana, la muerte
los ojos cegó al trasluz,
y sus pasos sobre el suelo,

de alguien que se alzó en gran vuelo
en busca de eterna Luz.
Alphonso CARBAJAL
Penal Socialista de Las Caracolas, 8 de Enero de 1996

Día de la muerte de nuestro
querido compañero y amigo Paco Garrote Balmaseda

domingo, 8 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 15: NOSTALGIA DEL DULCE AYER

15


NOSTALGIA DEL DULCE AYER

Dormida en la distancia... Aquella casa,
en todo instante quieta en mi retina,
un recuerdo me trae de cada esquina.
De su fuego, el calor de cada brasa.

Borrosa en el ayer... El tiempo pasa
corriendo entre la bruma su cortina.
Mas, la clara sonrisa que ilumina
mi propio ser, la alumbra y la transpasa.

Aquel patio de luz y de armonía,
una Semana Santa, entre el cemento,
sembró en la infancia casi la agonía.

Pero, aquello pasó. Fue un mal momento
y otros hubo, que fueron la alegría
del dulce ayer. De hoy, son mi sentimiento.

Alphonso CARBAJAL

sábado, 7 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 14: VOLARÁS A LAS ESTRELLAS

14



VOLARÁS A LAS ESTRELLAS

De plata su noble pecho,
de armiño su ala prendida.
Quiere subir hasta el lecho
de aquella estrella encendida.
Aunque ha volar largo trecho
quiere llegar enseguida
trazando el rumbo derecho
en su vuelo, precavida:
Estando tan alto el techo,
quizá la encuentre dormida.

No temas, vuela ligera,
la estrella no está dormida,
siglos y siglos espera.
Amor de un ala batida,
hace encontrar la manera
de lucir más encendida.
Del sonido la barrera
cruzará el ala en la ida,
que la distancia es somera

para el que creó la vida.

Alphonso CARBAJAL

viernes, 6 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 13: SOLO, PERO CON EL AMOR

13



SOLO, PERO CON EL AMOR

A nadie busco, y nadie va conmigo.
No quiero ser la sombra que porfía,
ni sauce signo de melancolía,
sino el roble robusto que persigo.

Pasan lentas las horas. No consigo
que el alma se aposente en la almadía
para cruzar al mar, por esta ría
de angosto cauce que, sin vela, sigo.

Nadie recuerda ya mi abierta mano,
la que tendí a tantos como pude,
ni los días y noches que hube en vano.

No intento conseguir que hombre no mude,
como hace el Dios que tengo por hermano.
La humana condición, lo humano elude.

Mas, solo Él, Señor y Soberano,
podrá lograr que mi dolor desnude
de inmenso gozo, en día no lejano
.
Alphonso CARBAJAL
Prisión de Las Caracolas, Noviembre de 1992

jueves, 5 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 12: DULCE PESO

12

DULCE PESO
“Amor meus, pondus meum...”
(San Agustín)
Este peso ligero
y que tan hondo
lleva mi alma en el camino,
pesa tanto
que aliviar quisiera
tan dulce carga en el olvido.
Mas, mi amor es mi peso
y si lo tiro,
si del amor me olvido y me descargo,
¿qué camino andaré,
si no hay camino?
Conmigo he de llevar mi dulce peso;
tomar carga ligera, suave yugo...
Sin él, no hallaré verdad ni vida.
Sin él, no encontraré el camino.
Alphonso CARBAJAL
En busca de la Ciudad de Dios