sábado, 28 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poema 27: A LEOPOLDO MARTÍN PRIETO

27

A LEOPOLDO MARTIN PRIETO,
EN EL DIA EN QUE PUDO SER FELIZ


A punto de extinguirse ya el rescoldo,
en el estío trepidante hoguera;
un pié ya en el estribo de otra era,
adiós, hasta mañana, buen Leopoldo.

No quisiera yo herir, y bien me amoldo,
sentimientos del alma en la pradera,
cuando ya, en el otoño, la quimera
barre las hojas, bajo el cielo entoldo.

Trocar, al fin, en triste despedida
lo que alegría en otro caso fuera,
pues todo lo que viene halla partida.

Mas, viaje sin tan dulce compañera,
es invierno y exilio, más que vida.
Con ella, hoy, sería primavera.


Alphonso CARBAJAL

viernes, 27 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poemas 24, 25 y 26: TRES LAMENTOS DESDE MI OSCURA CELDA

TRES LAMENTOS, DESDE MI OSCURA CELDA:

24


SE HA MUERTO LA SIMIENTE

¡Cuánto dolor, cuán dolorosamente
a los días sin luz sigue la noche...!
Y en la noche, se muere la simiente.
Yo la sembré, la puse en tierra fértil.
En ella, con dolor, hendí el arado
y la regué con agua de mi frente.
Fue el sol, ayer, quien puso con sus rayos
la esperanza de ver nacer la espiga,
mas, sin el agua, el sol no es suficiente.
Agua, no soy. Soy solo la corriente
de aquella voz que clama y se acomoda
en tierra calcinada, dulcemente.


25

BUSCANDO VOY MOLINO

No soy espiga, sino grano.
Ni tampoco olivar, tan solo oliva.
Buscando voy. Busco molino.
Olivo soy, no hallo almazara.
Fuera mejor que nunca más buscara
un valle entre barrancos.
Soy olvido.
Soy la tierra sumisa, tan callada,
donde crecen naranjos con olivos,
que se cargan de frutos, junto al trigo.
Mas, ¿cuál es mi verdad, cuál es mi nombre,
mi sendero, mi Norte, mi destino?
¿Qué puerto he de tocar, cuál es mi sino
si, entre tinieblas, solo soy un hombre?


26

¿POR QUÉ?

¿Por qué, si puedo arder, no soy el fuego;
si soy la luz, no puedo ver el día?
¿Por qué la angustia, la melancolía,
sitian el alma, apagan la memoria
del dulce sueño, ayer, sin alegría?
¿Por qué de mí huyo la fortaleza?
¿Por qué he de recordar, si soy Historia;
qué Ciencia soy, si soy Naturaleza?
Testigo, sí, de llantos y de penas,
¿por qué no viene a mí la Poesía?
¿Por qué, de hierro, trenzo las cadenas
que me esclavizan, siendo soberano?
Que... Historia soy... que soy Naturaleza.
¡Que hasta soy Dios...!,
pues Dios me ha hecho su hermano.



Alphonso CARBAJAL
Madrid, Mayo de 1992

jueves, 26 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción. Poema 23: EN LAS HORAS MÁS DURAS Y ANGUSTIOSAS

23

EN LAS HORAS MAS DURAS Y ANGUSTIOSAS


Por ser tuyo, Señor, y porque quieres
padezca yo indecible sufrimiento
y siga tras tus huellas sin lamento,
bendito sea el dolor con que me hieres.

Gracias mil por mostrarte cual Tú eres,
al darme de tu cáliz la bebida
que es del hombre al nacer justa medida,
más que la luz, la brisa o los placeres.

Mas, ya no puedo más -mi Dios, ¿qué he hecho?-
eterno Dios, por mi crucificado,
el peso de tu cruz llevar más trecho.

Apiádate por fin de mi pecado,
que soy cobarde y débil y, a mi pecho,
no fluye ya la sangre, se me ha helado.

Alphonso CARBAJAL

León, 28 de Noviembre de 1988

miércoles, 25 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título II. Cantos de dolor y aflicción Poemas 21 (NADA) y 22 (ANGUSTIA)


21

NADA

Sin ver la luz del sol, ando el camino
en la prisión del alma soberana.
Con la luna regreso, entre el gentío.

Las horas cruzan lentas, sin destino,
en un reloj de arena que desgrana
cada soplo de ser, mudo y vacío.

Ayer, igual que hoy... y que mañana.




Noviembre de 1993
Penal Socialista de Las Caracolas,
al Alba


22

ANGUSTIA


Ese sentir tan temido,
tan adherido a mi entraña;
ese zarpazo que araña
bajo mi piel el sentido.
Ese profundo latido
que bronco salta en mi pecho;
ese clamor hasta el techo
del cielo que - sin ver- miro.
¡Ese angustioso suspiro
del alma en un puño estrecho...!


Noviembre de 1993
Penal Socialista de Las Caracolas,
al Crepúsculo
Alphonso CARBAJAL

martes, 24 de febrero de 2009

Síntesis Final: PADRE NUESTRO (Soneto con estrambote)

PADRE NUESTRO


Tantas veces, te dije Padre mío,
que Padre nuestro, a Ti, mi voz hoy clama
y, en mi voz, siento arder también la llama
del fuego de mi pecho, ayer vacío.

Aunque estás en el Cielo, aquí porfío
el Reino que la Tierra te reclama:
tu Justicia, Señor, que amor inflama,
tu Vida y tu Verdad... ¡En Ti confío!

Glorificado sea tu nombre santo
si, cuando parta el pan, mi pulso es fuerte.
¡Perdóname!,... si te he ofendido tanto,

como a otros yo perdono de igual suerte.
Y, si librarnos no puedes del llanto,
¡líbranos ya, Señor, de eterna muerte!

Te lo pido por nuestra santa Madre
que, amorosa, nos besará en la frente.
Alphonso CARBAJAL


A cuantos, además de hombres, tratan
de ser cristianos y, muy en
especial, a mí mismo

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción. Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (X)

X
Negrita
AMÉN

Amén, Señor, es “así sea”.
Pero, “así sea”, solo con palabras,
es un amén que suena... a "que no sea".
Las palabras... el viento se las lleva.
Habrán de ser mis hechos, mis amores,
los que amor pongan sobre las palabras
y de palabras hagan nacer flores
en duro pedregal, yermo y vacío.
Que, sin dar fruto, se secó la higuera
y “por sus frutos” Tú has de conocernos,
Que no es decir “Señor”, lo que habilita
para entrar en la entraña de tu Reino.
Ni decirlo con métrica... tampoco;
ni tener fe, para mover montañas,
pues ya dijo Santiago, en esa carta,
que fe, sin obras, “es fe muerta”.
Yo quiero, vivir, Señor, quiero cantar;
también, quiero cantarte y bendecirte.
Mas sobre todo, Señor, quisiera amarte,
llevando al que en la vida me acompaña.
El amor es amor, no son palabras,
aunque palabras diga para amarte.
Ni sólo Misas, o “genuflexiones”...
Ni aún con ellas, Señor, será bastante
ni, sin ellas, tampoco insuficiente.

“Nadie Te ha visto” y, si “amor eres”,
tan solo amor podrá ser suficiente.
Que no es de aquí mi canto y mi lamento,
ni aquí quiero cantar ni lamentarme.
Donde quiero cantar, es en tu Reino
y, pues -dices- “padece violencia”,
por Él, en el amor, he de matarme.
Para que vivan otros, suicidarme
con amor, alumbrando su alegría.
Que alguna vez, al terminar el día,
más bien “a la caída de la tarde”,
sólo de amor habrás de examinarme.
Ni más crímen has de reprocharme,
ni por otro delito has de juzgarme...

Me despido, Señor... Ya que te canto,
resumo, al fin, mi canto brevemente.
Y en oración, mi canto ha tornarse,
(en la plegaria que Tú nos enseñaste).
Mas, si ha muerto ya el “hombre viejo”
y, si muerto, “el nuevo" ya ha nacido,
he de cantar, y canto, más que escribo,
un nuevo y renovado “Padre Nuestro”.
Nuestro, nuestro, Señor... ¡No solo mío!



Alphonso CARBAJAL

lunes, 23 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN ELCIELO? (IX)

IX

LIBRANOS, SEÑOR, DE TODO MAL


¡Cuántos males, Señor...!
¡Cuántos me acechan!... Se ciernen sobre mí,
agitando en la noche mis temores.
¿De todos ellos Tú querrás librarme?
¿De esa horrible jaqueca que yo tengo,
casi siempre, y del dolor de espalda?
¿Hasta de esos, que son males menores
por mucho que molesten y quebranten?...
No te pido, Señor, me libres de esos,
ni aún de otros, que son mucho mayores.
Los sufro, sin dolor, aunque me duelan.
Con alguna aspirina y un ungüento
voy paliando los males de este cuerpo...
Los del alma, Señor, son los que cuentan
y -en el alma- también los corporales,
pues alma y cuerpo, que son la misma cosa,
yuxtapuestas no están, que están mezclados.
“¡No tengais miedo!”, decía tu Vicario,
tu Sumo Sacerdote, aquí en la Tierra...
Pero él era hombre santo y Santo Padre;
tomaba tu valor, cada mañana,
y lo entregaba a este mundo por la tarde.
Yo, sólo estoy aquí y él era en Roma;
vestía de blanco puro y yo de estambre.
Él, era fortaleza. Yo... soy miedo
y, a mi miedo, gritan todos los males.
La Caja de Pandora, si se abriera,
no podría albergar tantos contrarios.
Miedo a vivir, miedo a dejar de hacerlo;
miedo al riesgo, a la naúsea y a la angustia;
miedo al placer y miedo al sufrimiento,
al dolor, a la dicha y al conflicto;
a estar aquí y allá, sin fundamento.
Miedo a la enfermedad, miedo a la muerte;
al ser, a la existencia y... a la nada.
Ya son tantos mis males, no podría
pedirte, mi Señor, que me libraras
de este o aquel, todos al mismo tiempo...
Y tan solo de un mal quiero me libres:
Pues, sea pronto, sea tarde -o sea mañana-
de la muerte ni Tú puedes librarme
(porque quisiste ver la misma suerte),
si de muerte en la tierra no me libras...
¡líbrame, Señor,... de eterna muerte!




Alphonso CARBAJAL

sábado, 21 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción. Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (VIII)

VIII


NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN

No nos dejes, Señor,
que en ella perecemos y, del riesgo
advierte con prudencia tu Escritura:
Si, temerarios, el peligro amamos,
en él, sinduda alguna, perecemos.
Mas, ¿cuál es el peligro, cuál el riesgo?
Tal vez, aún se dice y con razón,
que son la carne, el mundo y el demonio,
del alma los mortales enemigos.
Tú, hablaste de la carne y del espíritu;
el último "está pronto", la otra "es débil".
Pero, Señor, en esto de "la carne"
(¿no se podría decir ya de otra manera?)
tengo yo algunas dudas. Pues no todas
"las carnes" son iguales, ni ellas todas
colgarse pueden "en el mismo gancho".
Ninguna de ellas es especialmente
más o menos "carne"...
¿No será acaso lo del Sexto...?
¡qué estragos hizo eso, en su momento,
y sacó tantas cosase su quicio...
¿Tan sólo carne es "eso"?

¿Acaso es meos carne "el dividendo",
que el banquero idolatra y al que adora?
¿Cuál es la "tentación" del poderoso
que en el poder se mira, con él sueña
y del poder hace esclavo a quién lo sufre?
¿Acaso es menos carne el egoísmo,
que sólo para sí las cosas quiere?
La gula, la avaricia, el despotismo
de la soberbia, que a humildad humilla.
La vanidad, que inflama alma en vacío;
la envidia, que corroe el alma misma...
Que siete son los vicios de la carne
y no uno sólo... Amor sólo concupiscente
no es amor -quizá- pues, desde luego,
el amor ha de ser benevolente.
Tú, bien sabaes de Amor, ya que lo eres;
lo creas, nos lo das y lo transciendes;
lo elevas de contrato a sacramento...
Que el hombre y la mujer, nos dice Pablo,
han de ser dos en uno, y la simiente
del fruto del amor, de la esperanza
de renovada fe... Y -según Juan dice-
de lus, en la Luz que vino al mundo.
No me digas que algo tan "transparente",
como la pura luz que el sol imparte,
es ocasión de yerro y desvarío.
Eso, no es tentación. Es... "monumento"
de tu gloria, de tu gusto, de tu artes...
Que todo amor, Señor, es sacramento
y basta para ello, en un instante,
ser libre, consciente, sin dislate,
sin instinto de selva y ningún daño.
Qué no sólo "palabras de presente"...
Y canonista soy... Mas, sobre el canon,
está siempre el amor, si es transparente.
Apártame, Señor, de tentaciones,
pero no del amor, si a nadie hiero,
que en el amor vivo, por el muero
y por él y en él, Tú nos creaste.
A pesar de estar muertos, nos salvaste
por la Mujer y obra del Espíritu
y, en una cruz, a todos nos amaste.
Que, Tú eres Dios y yo... tan sólo un hombre,
y carne soy -no sólo espíritu-
pero tu propio Espíritu en mi carne.

¿El mundo...? Ahí está, en la ventana
de ese televisor, desde el que miro.
No salgo de mi cueva, y lo que veo
(¡qué codas veo, Señor, cómo está el mundo!)
casi siempre me aburre, no me tienta,
y si me tienta, "cierro la ventana".
Que el mundo no soy yo, yo no soy mundo,
sólo soy "yo" -sin ser- ya que mañana,
de la vida siguiendo la corriente,
con el tiempo, y en forma soberana,
el "yo" que soy, será "Yo" transcendente.
En Ti... estoy yo, Señor. Ahí... está el mundo.

¡El demonio...! Curioso personaje...
Si es preciso, escribo con mayúscula
Satán, Luzbel, "Perico", Belzebú,Pero Botero ó Mefistófeles
(que todos esos nombres son ilustres y... castizos)
Pero... ¿qué es "el demonio", Señor...? ¿No soy
yo mismo, cuando de Ti me aparto y
me separo...? Mas, si en Ti permanezco,
el enemigo es nada. Que, contigo,
en mí no cabe ya ningún demonio.
No quiero que tu Iglesia me excomulgue,
pues es tambíén la mía, y obedexco...
Mas... ¡líbrame, Señor, de mi egoísmo!,
que del "demonio", librarme... sé yo mismo.


Alphonso CARBAJAL

jueves, 19 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUETRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (VII)

VII

PERDONA NUESTRAS OFENSAS...
¿CÓMO PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN?


¿Igual?. Siendo así,
perdóname, Señor, cuando te ofendo;
perdona, por favor, pero no olvides,
que cuando yo "perdono" a quien me ofende
perdonar siempre quiero, mas no olvido.
Y, si has de perdonar de igual manera,
del mismo modo con que yo perdono,
justo habrá de ser -puesto es recíproco-
que no pida de Ti perdón distinto.
Mas, si como perdono me perdonas,
sin que al perdonarme ofensa olvides,
¿qué podrá ser de mí, si así perdonas?
¡Que podrá, así, ser de mí, Dios mío...!
Quizá también, Señor, a veces pasa
que olvido al ofensor y hasta la ofensa,
la desprecio, la ignoro, lo razono,
me tiene sin cuidado, en apariencia,
pero, si a recordar vuelvo... ¡no perdono!
Del perdón, he hecho yo pasivo juego:
Si perdono -pues grande es- no olvido
y si -cómodo- olvido, no perdono.
Perdonar, es cristiano... Olvidar, "tonto",
que Tú dijiste fuéramos hermanos,
pero nunca jamás dijiste “primos”.
¡No sabes cómo soy, cómo las gasto...
a mí, el que me la hace, me la paga!...
Soy muy listo... no soy ningún “pardillo”,
soy un lince, a mí "no me la da” nadie.
¿Perdonar, yo?... ¡No me da la gana...!
Mas, Señor, soy así... Tú, bien lo sabes.
Pedir no puedo, por ello, me perdones
como perdono yo, que no perdono,
sino como perdonas Tú:
Setenta veces siete...
Gracias, Señor, pues sólo de este modo,
podré tener de Ti visión un día.
Mas te prometo -insisto, te lo juro,-
ya que es difícil deje de ofenderte,
perdonar, de verdad, si alguien me hiere.
Perdonar... es amar. El más sublime
amor de cuantos haya. Amar al que me
ama, no es gran cosa. Tú lo dijiste.
Mas, a aquel que me maldice,
me persigue, me aruina y hasta me odia,
no sea mi impiedad la que le ofrezca,
sino el amor de tu misericordia
y con ella el perdón que Tú me ofreces.
Perdón siempre, Señor -a mí y a todos-
y más a mí, si a todos yo perdono.
Gracias, Señor, que tantas veces me amas,

Gracias te doy, pues me has amado tanto.

Alphonso CARBAJAL

miércoles, 18 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (VI)

VI

DANOS HOY EL PAN DE CADA DIA

El pan caliente que amasa el panadero,
crujiente y aromático alimento,
que nutre, que sostiene, que se parte.
Que congrega, que une, que hace humanos...
¡Que olor a pan, Señor, a pan caliente!
Tú lo partiste y lo diste aquella vez...
¿Recuerdas?... Ya lo creo... Fue ese día...
Tu palabra, en la falda de aquel monte,
golpea mis oídos todavía.
La gente te seguía y tenía hambre
y Tú les diste... pan y algunos peces.
Y, con el pan, les diste tu palabra.
Da hoy tu pan al mundo, aunque te olvide,
pues tal vez, sólo así, podrá seguirte.
¡Danos el pan, tu pan, el pan de siempre!
Te pido sólo el pan de hoy. Mañana
otro día será... ¿Habrá mañana?
Mas, dame sólo pan, que es suficiente.
No quiero más que un trozo... Acaso vino,
que alegre un poco el corazón. Pues -triste-
recuerdo aquello, que un niño te decía:
"Da, Señor, pan a los que tienen hambre
y hambre de Ti a los que tienen pan"
.
Hoy, tengo pan, Señor. Te doy las gracias,
pero, ¿también tengo acaso tanta hambre?
Quizá podrías hacer que mi pan parta
como solías Tú... Tal vez con eso
recuerde yo también cómo lo hacías.
Eso fue en Emaús, si no me engaño,
mas, ¿tendré pan para todos?. ¿Sabes, Señor?...
Tus hijos pasan hambre. Hambre, sí,
las dos terceras partes de la Tierra.
Sin nevera, despensa y micro-ondas,
se arrastran en la arena del desierto,
allá en el África... En los suburbios de
Sao Paulo, de Calcuta, el Altiplano...
También aquí, Señor... ¡Aquí en mi barrio!
Este pan que me das, ¿podré tomarlo,
antes de ir a dormir, y estar tranquilo?
¿Acaso, mi Señor, no me hará daño
la mirada, sin pan, de tantos niños?
Y, ¿si rezo un rosario y voy a Misa,
y te ruego por ellos, con jaculatorias,
y estudio tu Palabra y profundizo
en las altas verdades de los dogmas?...
¿Quizá así, Señor, tendrán pan ellos?
Tal vez, haya de hacer bien mi trabajo,
buscar la técnica, la obra bien hecha,
"enseñar a pescar"... ¿Podré ya entonces
quedarme con mi pan, con mis tres casas,
el producto del fondo de inversiones,
la renta de la tierra, la cosecha
y el sueldo de Jefe de la Fábrica?
Así, Señor, mi alma está tranquila.
¿Qué más puedo hacer ya por tu miseria...?
Sólo mis oraciones de la noche,
algún "retiro", al fin de la semana,
"la visita", la plática y el rezo

del "Ángelus" mediada la mañana.


Alphonso CARBAJAL

martes, 17 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Libro I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (V)

V


HÁGASE TU VOLUNTAD

En el Cielo...
En el Cielo, sí... Allí, Señor, es fácil.
Tienes a tus santos, y a tus Ángeles.
Tronos, Dominaciones, Potestades...
adoran y bendicen tu palabra.
Mas, aquí abajo es duro al artesano,
al labriego que muere con su arado,
en la tierra reseca sin la lluvia;
al obrero que no tiene trabajo
o sufrió con pavor aquel despido;
al patrono que axfisia el sindicato;
a la viuda sin un grano de trigo.
Al enfermo que ve escapar la vida,
al anciano que ya a la vida escapa;
la prostituta que el amor comercia,
el drogadicto y el que tiene el SIDA.
Al elector, al que “el Partido” engaña,
al sacerdote que sufrir no puede
el duro celibato de tu Iglesia...
¿Te parece poco, Señor?. Aún hay más:
¿Qué me dices del dolor anónimo,
absurdo, yermo, inútil y vacío?
Del sufrimiento de los inocentes,
del que muere "porque la tenía ahí",
sin razón que lo explique o justifique.
¿Esa es tu voluntad?... Eso se dice.
¿Qué sentido, Señor, acaso tiene
el infiernillo, la chispa del brasero
en la falda de la mesa-camilla?
Aquellos angelitos, que jugaban,
juegan ahora en tu gloria. Eso es bien cierto.
Pero, ¿y su madre?. Tú bien lo sabes:
Es asistenta y trabaja por horas...
no pudo estar allí mientras jugaban.
Señor, que creas solo por tu gloria,
sin que de nada necesites nada,
pues sujeto de lo util nunca eres,
sino tan solo fuente de bondad y
gracia... ¿Por qué de utilidad separas
a quien utilidad al otro daba
al paso de la vida, mientras pasa?
El amor, la alegría, la sonrisa,
siegan presto -¿por qué?- tantas desgracias:
Incendios, terremotos, explosiones,
huracanes, galernas, hundimientos
aluviones, sequías y tragedias...
Se estrellan los aviones, chocan trenes
y ese martirio de la carretera
que, incesante, semana tras semana,
con más de dos mil muertos al año,
el luto y el dolor lleva a las casas.
¿Esto es tu voluntad?. ¿Eres un monstruo?
Pero, si Tú, mi Dios, eres Palabra
origen de la vida... ¿Por qué así?
Tal vez siempre derecho escribes -dicen-
con renglones torcidos en el agua.
Mas, te pido que tu caligrafía
sea legible en forma más palmaria.
¿Nos quieres en Getsemaní, contigo,
pues ni una hora fueron a tu lado?
O aquel cáliz, que Juan y que Santiago
prometieron beber, ¿quieres bebamos?
Dílo claro, Señor. Si ellos pudieron,
también nosotros... Está claro. Mas,
aún bebiendo el cáliz, ¿estaremos
sentados junto a Ti, de cualquier lado?
Eso no es cosa tuya, que es del Padre,
pero es al Padre a quien estoy hablando.
Si así es, Señor... ¡sea así siempre!
Sean tu voluntad y tu palabra,
Aunque, a poder saber, nunca alcancemos,
en el dolor que a veces padecemos,

tus designios de amor y de esperanza.


Alphonso CARBAJAL

lunes, 16 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (IV)

IV

VENGA A NOSOTROS TU REINO

¡Deprisa, Señor, no esperes más!...
No esperes más, Señor, a que en el Cielo
brindarnos puedas tantas maravillas,
que dice Pablo tienes preparadas.
¿No podrías mostrar un "anticipo"?
Que "a fin de mes" estamos, y no llega
nuestro escaso salario de esperanza.
Envía alguna luz a nuestros ojos,
algún dulce sonido a nuestro oído.
Te pedimos tu Reino entre nosotros,
para poder llegar hasta tu Reino.
Yo, Señor, soy más bien republicano,
(que “acata la legalidad vigente")
pero sé que en tu Reino, no hay corona,
ni infantes, ni princesas, ni validos,
ni etiqueta real, ni protocolo...
Tu Reino, Señor no es de este mundo,
pero el mundo lo pide, lo reclama.
¿Por qué no se lo das?... ¡No seas tacaño!
Te sobra la salud, siendo la Vida;
la santidad, pues solo Tú eres Santo;
la gracia, sin la cual nada podemos;
la justicia, pues la absoluta impartes;
la paz, de la que tanto carecemos
y el amor que, por esencia, eres.
¿Por qué, para Ti solo, quieres tanto?
¿No ves que el mundo se hunde y se destruye,
porque de él, el hombre, ha hecho su reino,
que es corte de ambición y de egoísmo?
¿Te das cuenta, Señor, que es ya el Infierno?
¿Para qué quieres otro, si este basta...?
¡Dános tu Reino, Señor, dánoslo ya...!
Voto por Ti, exijo un "referendum",
me afilo a tu partido... Pegaré los carteles,
abriré la campaña (sin insultar a nadie)
y, en tu nombre, Señor -sólo en tu nombre-
gobernaré al pueblo, que es tu pueblo.
Y, si aún así, pierdo las elecciones,
y "oposición" tan débil mostrar puedo,
te suplico Señor, por nuestra Madre,
que administra tus bienes sin recato:
tu gracia, a las almas que la buscan
o, sin buscarla, de ella están sedientas.
Justicia, a los que sufren injusticia;
amor a los que desamor padecen
y paz a quien, consigo mismo, en guerra
no puede alcanzar nunca la palma.
Tu Reino celestial, aquí en la tierra.

¡En la Tierra, Señor, danos Tu Reino!


Alphonso CARBAJAL

domingo, 15 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devocióm. Poema20: PADRE NUETRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (III)

III


SANTIFICADO SEA TU NOMBRE

¿Y cuál?
Tienes uno, Señor, en cada parte,
como amor el marino en cada puerto.
Discúlpame, si soy irreverente.
Ya me entiendes... ¿Cuál ha de ser tu nombre?
Aquel que yo venere y santifique.
Te llamo... como te llamó mi madre,
pues por ella supe que “existías”,
vivías en el Cielo y... me querías.
Eso era todo. Y no era cualquier cosa.
Mas, ¿cómo te llaman otras madres,
de otros pueblos; sus hombres, sus soldados,
sus jueces, policías, carpinteros,
filósofos, artistas o letrados?
¿También estás Tú allí, en sus escuelas;
también tienen allí "Semana Santa"
y Adviento, Navidad y Epifanía?

¿También juran por Ti en sus tribunales
y juran ante Ti por sus banderas?
Europa, América, Africa y la China,
en el Japón, Corea y en Malasia,
¿todos te llaman por el mismo nombre?
¿El que te dió mi madre es el que vale,
y las cosas que dicen mis doctores
son las que hiciste y no hay otras iguales?
¿Es tu nombre, mi Dios, el verdadero,
y otros dioses acaso no son tales,
ni sus nombres son tu propio nombre,
ni tales nombres son santificables?.
“Tú eres Cristo” -está esrito- dijo Pedro,
y eso mismo me dijo a mí mi madre.
Mas, tienes tantos nombres... ¡Tantos ritos!,
ceremonias, latines, incensarios,
pagodas, mezquitas, abluciones,
sacristías, casullas, campanarios,
minaretes, kaabas, sinagogas,
novenas, procesiones... ¡indulgencias!
¿No bastó con tu Cruz, a todo el mundo?
(Se me olvidaba... ¿Ves?, tomo "partido".
Hay dioses sin dolor, dioses "amables"
que otras madres llevaron con dulzura
al sueño de sus hijos en la tarde.
Se me olvidaba. Tú, no tienes nombre
si sólo la razón ha de avalarme
o, por eso, quizá, todos son tuyos,
maneras diferentes de llamarte).
Mas -si justo santificar tu nombre-
habré de hacerlo en cualquier parte:
En iglesias, pagodas, sinagogas
y mezquitas... Con rabinos, pastores,
sacerdotes e imanes. Todos, todos,
Señor, han de santificar tu nombre.
Si desde siempre eres el que eres...

¡que más te da cuál sea!... ¡En cualquier parte!


Alphonso CARBAJAL

sábado, 14 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (II)

II


QUE ESTÁS EN EL CIELO

¿Y por qué en el Cielo?
¿Acaso no es aquí, sobre la tierra,
donde más de tu amor necesitamos?
¡Si, entre llanto, con lágrimas regamos
el barro que nos hizo de este suelo!
¿Por qué no bajas, Señor, a poner orden
en este maremagnum de miseria,
de dolor, de injusticia, de cruel guerra
que el hombre contra el hombre ha desatado?
Sería maravilla que vinieras
para quedarte, esta vez, entre nosotros.
Al menos, la mayor parte del año.
Que en vez, allá por Mayo, cuando "asciendes"
de verdad en Diciembre "descendieras".
Yo te adorara, mi Dios. El alma entera
pondría junto a Ti. ¿Quién no lo hiciera?
¿Quién no sería justo si pudiera
contemplar a dos palmos la Justicia?
¿Quién no sería amor, si Amor tuviera?
¿Quién no se haría pobre si te viera
en Belén y entre pajas tiritando?
Ya estuviste, lo sé, y te matamos,
mas ahora es distinto, estoy seguro.
Si vinieras, y te viera la gente,
y con ella estuvieras, y a tu paso,
pudiera un ciego ver, andar un cojo,
aunque los muertos no resucitaran,
sería lo de menos. Al contrario,
pues todos, de la muerte se burlaran
teniendo entre sus manos a la Vida
y, en lugar de vivir, morir quisieran.
Mas, ¡tan alto está el Cielo!.. Está tan lejos,
que desde allí difícil es nos oigas
y aquí abajo, más aún, que te escuchemos.
¿De qué vale que vivas en el Cielo,
si en la Tierra nosotros nos matamos?
Tampoco pido tanto -si te fijas-
ni es la primera vez. Ya te advirtieron:
¡“Quédate con nosotros”!... Mas, te fuiste.
Vacíos y desnudos nos dejaste,
tan solo por querer hacernos libres.
Y, ¿lo somos?... ¡Maldita libertad!.
Si de Ti priva, es que no es libertad,
es cautiverio. Que ya lo supo Kant,
aquel hombre pensante, cuando dijo:
“Si Dios está patente, no soy libre”
y por eso, Señor, estás latente.
Mas, te propongo un cambio de inmediato:
Prefiero ser esclavo, si presente
Tú siempre estás, y siempre vas conmigo,
que libre, de tenerte siempre ausente.
Si así no puede ser -y no parece-
te digo hoy, Señor, desde aquí abajo:
¡Perdóname...! Perdona el desvarío,
perdona mi flaqueza y mis ofensas,
que de todas me asusto, con espanto.
Perdóname si te he ofendido tanto,

por estar Tú en el Cielo y yo en la Tierra.


Alphonso CARBAJAL

viernes, 13 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS. Título I. Cantos de amor y devoción. Poema 20: PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO?" (I)

I


PADRE NUESTRO

Hijos tuyos somos, sí,
pues de Ti procede el Unigénito.
Mas, ¿somos en verdad del hombre hermanos
en el Hombre que vió clavar sus manos
para ser de todos Primogénito?
Hermano yo...
¿De aquél malvado que me robó la fama,
el prestigio, la honra o el dinero?
¿De aquel que me maldice y me persigue
y que todas ha de pagarme juntas?
¿Hermano yo, de aquella mujer zafia,
sucia, torpe, soez y desdentada?
¿De aquel borrachín del bar de enfrente
que ahoga en el alcohol sus resquemores?
Del vecino que nunca me saluda
y llena la escalera de colillas?
¿Hermano yo, de aquel analfabeto
que suma con los dedos y no sabe
Que Niels Borj era de Copenhague?
¿Hermano yo, del que es de otro partido
y le vota, siempre que hay elecciones?
¿Hermano yo del que es de aquella raza,
de aquella religión o de otra tierra,
de otro pueblo o de otro equipo de fútbol?
¿Hermano yo del pobre en su pobreza,
del delincuente, que ha de sufrir cárcel;
del enfermo que gime, y que me asusta;
del sediento, que no tiene agua fresca;
del habriento, que busca en la basura,
quizá un trozo de pan, entre la sombra...
Descuideros, travestis y mecheras,
prostitutas, ladrones y tahures,
los drogadictos y el que tiene el SIDA?...

Señor, esos, ¿son -¡todos!- mis hermanos?
No puede ser, Señor, no estoy dispuesto.
Tú, no serás nunca Padre nuestro,
sino tan solo siempre Padre mío...
Tan sólo mío, mío... Sólo mío.
Si acaso de mis hijos, mis sobrinos,
mi mujer y mi tía, el Boticario,
aquel señor tan culto y el Notario,
el Profesor de Ciencias, el Médico
y el nuevo Coadjutor, ¡que ese es un santo!...
Y pare usted de contar. Mas te digo,
porque así es la receta: “Padre nuestro”.
Te lo digo en Domingo y a las doce,
minutos antes del aperitivo.
Lo dibujo en mis labios, no en mi mente;
te lo digo entre dientes, y al sonido
de oscuro y monocorde bisbiseo.

Después, quédate Tú... ¡con esa gente!


Alphonso CARBAJAL

jueves, 12 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 19: TARDE EN "LAS ERAS", BAJO EL SOL DE JULIO

19



TARDE EN “LAS ERAS”, BAJO EL SOL DE JULIO

Está cerca la mies... Cerca el camino,
entre prados, verdes en primavera.
Su fruto, ya en sazón, busca en la era
el grano que le lleve hasta el molino.

No puede hallar el trigo otro destino,
ni su ser acabar de otra manera,
sino en el pan, sustancia verdadera
del hombre y su sudor. Fruto divino.

Recuerdo con nostalgia los cristales
pulidos y, entre tablas, mariposas
que, al volar, de la espiga eran puñales.

Aquel tiro de mulas vigorosas
que, en noria plana, trotan tan iguales...

Mis “Eras de Renueva”... ¡eran hermosas!


Alphonso CARBAJAL

miércoles, 11 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 18: OTRA VEZ AQUEL RÍO

18


OTRA VEZ AQUEL RÍO

En tus quietos remansos, viejo Río,
tus aguas, con el sol, mi piel besaron.
Mis pies, de tus arenas se impregnaron
cada día de Julio, en pleno estío.
Tu cauce inhiesto, henchido por el frío
del crudo invierno, cual de plata un puente,
muchas veces crucé. De aquella fuente
que, entre chopos vertía tus latidos,
muchas veces bebí. Y en mis oídos...

aún suena la canción de tu corriente.

Alphonso CARBAJAL

martes, 10 de febrero de 2009

Libo I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 17: TODO ES Y NADA CAMBIA

17



TODO ES Y NADA CAMBIA

Lo que puede pasar, pasa.
Si nada es nuevo, todo es
y, desde siempre, es eterno.
Si no es hoy, será mañana.
Cambian los tiempos e ideas
y otros cauces siempren ofrecen
nuevos rostros que aparecen.
Los hechos, siempre son viejos,
y son los mismos de siempre,
si no miramos de lejos.

Todo es y nada cambia
y, si cambia, es que no es.
Y cuanto no es, pasa,
aunque mil años perdure.
Pasarán las ilusiones;
pasará el viento que arrasa
del corazón las pasiones.
Pasarán “las procesiones”
en cada Semana Santa,
recien nacida la flor.
Pasará la sinrazón,
que la razón descalabra.
Y pasarán las traiciones,
mas no pasará el amor.

No pasará la Palabra.


Alphonso CARBAJAL

lunes, 9 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Poemas 16 A y 16 B. EPISTOLARIO POÉTICO

16 A
EPISTOLARIO POÉTICO


UN POETA DE VERDAD, FELICITA
LA NAVIDAD A ESTE APRENDIZ


Desde la estrella a la fuente
quiebra el alba su venida
por ver que ya está encendida
lumbre más resplandeciente.

Noche aún, el sol naciente
besó la tierra dormida;
el Niño vino a la vida
con el Alba por su frente.

Un soplo de cielo vino,
sandalias de plata y luna
andando por el camino.

Las estrellas, una a una,
tras del ángel peregrino,
bajaron junto a la cuna.


José María SUÁREZ CAMPOS
Navidad de 1995






En respuesta, con
cierta demora, al maestro
José María Suárez Campos


16 B

ENTRE BELÉN Y EL GÓLGOTA

Tu verso hermoso y ferviente,
querido José María,
colma mi alma de alegría
cuando el Sol nace a poniente.

Quiera ese Niño naciente,
que ilumina tu poesía,
nacer en tí cada día
y fecundar tu simiente.

Lumbre que viene del Cielo,
-ayer Cuna, después Cruz-
del hombre sigue la suerte.

Que hoy, soberana, la muerte
los ojos cegó al trasluz,
y sus pasos sobre el suelo,

de alguien que se alzó en gran vuelo
en busca de eterna Luz.
Alphonso CARBAJAL
Penal Socialista de Las Caracolas, 8 de Enero de 1996

Día de la muerte de nuestro
querido compañero y amigo Paco Garrote Balmaseda

domingo, 8 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 15: NOSTALGIA DEL DULCE AYER

15


NOSTALGIA DEL DULCE AYER

Dormida en la distancia... Aquella casa,
en todo instante quieta en mi retina,
un recuerdo me trae de cada esquina.
De su fuego, el calor de cada brasa.

Borrosa en el ayer... El tiempo pasa
corriendo entre la bruma su cortina.
Mas, la clara sonrisa que ilumina
mi propio ser, la alumbra y la transpasa.

Aquel patio de luz y de armonía,
una Semana Santa, entre el cemento,
sembró en la infancia casi la agonía.

Pero, aquello pasó. Fue un mal momento
y otros hubo, que fueron la alegría
del dulce ayer. De hoy, son mi sentimiento.

Alphonso CARBAJAL

sábado, 7 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 14: VOLARÁS A LAS ESTRELLAS

14



VOLARÁS A LAS ESTRELLAS

De plata su noble pecho,
de armiño su ala prendida.
Quiere subir hasta el lecho
de aquella estrella encendida.
Aunque ha volar largo trecho
quiere llegar enseguida
trazando el rumbo derecho
en su vuelo, precavida:
Estando tan alto el techo,
quizá la encuentre dormida.

No temas, vuela ligera,
la estrella no está dormida,
siglos y siglos espera.
Amor de un ala batida,
hace encontrar la manera
de lucir más encendida.
Del sonido la barrera
cruzará el ala en la ida,
que la distancia es somera

para el que creó la vida.

Alphonso CARBAJAL

viernes, 6 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 13: SOLO, PERO CON EL AMOR

13



SOLO, PERO CON EL AMOR

A nadie busco, y nadie va conmigo.
No quiero ser la sombra que porfía,
ni sauce signo de melancolía,
sino el roble robusto que persigo.

Pasan lentas las horas. No consigo
que el alma se aposente en la almadía
para cruzar al mar, por esta ría
de angosto cauce que, sin vela, sigo.

Nadie recuerda ya mi abierta mano,
la que tendí a tantos como pude,
ni los días y noches que hube en vano.

No intento conseguir que hombre no mude,
como hace el Dios que tengo por hermano.
La humana condición, lo humano elude.

Mas, solo Él, Señor y Soberano,
podrá lograr que mi dolor desnude
de inmenso gozo, en día no lejano
.
Alphonso CARBAJAL
Prisión de Las Caracolas, Noviembre de 1992

jueves, 5 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 12: DULCE PESO

12

DULCE PESO
“Amor meus, pondus meum...”
(San Agustín)
Este peso ligero
y que tan hondo
lleva mi alma en el camino,
pesa tanto
que aliviar quisiera
tan dulce carga en el olvido.
Mas, mi amor es mi peso
y si lo tiro,
si del amor me olvido y me descargo,
¿qué camino andaré,
si no hay camino?
Conmigo he de llevar mi dulce peso;
tomar carga ligera, suave yugo...
Sin él, no hallaré verdad ni vida.
Sin él, no encontraré el camino.
Alphonso CARBAJAL
En busca de la Ciudad de Dios

miércoles, 4 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 11: BESA ESA FRENTE, HIJO

11



BESA ESA FRENTE, HIJO

A todos los hijos de todas las madres
del mundo y del tiempo. Y especial-
mente a los míos.

Besa esa mano, hijo, que ferviente
te acogió en su regazo y en su nido
y mil noches, con gesto dolorido,
se posó con temblor sobre tu frente.

No dejes que, en la vida, la corriente
del tiempo, al transcurrir, siembre el olvido,
pues desamor en pecho tan querido
será muerte de amor que fue simiente.

Besa su frente, hijo, date prisa
que, con los labios, besas en tu alma
al besar tu dolor y tu sonrisa.

Que besas a la vez amor y calma.
Del invierno calor, del calor brisa
y mano de tu frente suave palma.

Alphonso CARBAJAL
Madrid, 1 de Mayo de 1
995

martes, 3 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 10: SONRISA DEL CIELO

10

SONRISA DEL CIELO

Cuando yo abrí los ojos, tú ya estabas.
Aún ellos, de tu luz nada sabían,
pero pronto de ti se enamoraron.
Eras azul intenso... Te miraba
y tu inmensa pureza sonreía.
Rara vez se velaba tu sonrisa
y, a media tarde, al disiparse el oro,
de plata otro vestido te envolvía.
Intenso fuego ardía en el horizonte
y, en mi alma, la fe de un nuevo día.
El manto de las noches estivales
-salpicado de luces- a la tierra,
bajo tu henchido pecho sostenía.
Mis párpados cerraba a tus mil ojos
por ver si alguna estrella florecía.
¿Qué fue de ti, qué fue de aquellas noches,
heridas por el llanto de la brisa,
sazonadas de aroma y de canciones?
¡De la noche de trébol y de hogueras
que, en tu seno, con fuego fecundaba
verano, cada fin de primavera...!
Quisiera verte ya, verte encendido,
verte en la orilla, al paso de aquel Río.
En sus aguas tranquilas, tu sonrisa
y la sonrisa que me sonreía.¡Cielo azul de León...

ya no eres mío!

Alphonso CARBAJAL

lunes, 2 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 9: ESTOY AQUÍ, SEÑOR

9

ESTOY AQUÍ, SEÑOR


Estoy aquí, Señor, en la espesura
de selva tan poblada de reptiles,
de oscuridad y riesgos -aún por miles-
pero tu luz alumbra mi angostura.

No podrán, frente a mí, aplicar tortura
ni anidarán mi alma instintos viles,
aun cuando las pasiones más serviles
se ciernen sobre hora tan oscura.

¿Aún no saben que no pueden pararme,
tan sólo con cargarme de cadenas,
aunque sí -de querer- puedan matarme?

No basta, a tal, su corazón de hienas,
ni su perverso afán de vaciarme,
porque, Señor, mis manos están llenas.
Alphonso CARBAJAL

Penal de Las Caracolas, 5 de Junio de 1995

A mi amigo y vecino de celda, Mario Schoendorff

domingo, 1 de febrero de 2009

Libro I. AMOR Y TINIEBLAS Título I. Cantos de amor y devoción Poema 8: ¿QUIÉN NO...?

8

¿QUIÉN NO...?

¿Quién no ha jugado al fútbol,
quién no ha hecho un verso?
¿Quién no supo en su día
tabla del siete (con alegría),
lista de Reyes Godos
y Ave María?

¿Quién no ha subido a un árbol,
en primavera,
a coger “achicholas”...? ¡Qué ricas eran!

¿Quién no ha jugado al “bote”
y al “manro-chazo”?
¿Quién no ha visto una fuente
junto a un ribazo?

¿Quién no ha visto la nieve...?
¡Caen desde el cielo
blancos y fríos copos de caramelo!
Junto a una sonrisa
y junto al fuego...

¿Quién no ha corrido a un perro
y luego a un gato?
¿Quién no ha tirado piedras
a las manzanas
que, en el Otoño, son coloradas...
y a veces, verdes... ¡Verde manzana!

¿Quién no ha contado cuentos
y los ha oído,
de brujas y fantasmas
que aún no se han ido?

¿Quién no supo aquel día
que ya “era tonto”
por decir qué creía?

¿Quién no vió una montaña
y subió a ella,
y encontró, entre los riscos,
alguna caña?

¿Quién no vió al Conde Olinos
buscando amores
a lomos de su caballo?
Mañanita de San Juan,
que pone altares en Junio,
en vez de en Mayo...
¡En Mayo, flores!

¿Quién no ha visto en el río
correr el agua
y, entre juncos de acero,
sellos de plata?

¿Quién no sufrió de pronto golpe tan duro,
siendo tan tierno?
¿Quién nunca, en el verano,
sintió el invierno?

¿Quién no ha visto la luz
del claro día?
¡La sombra de la noche... no se sabía!
¿Quién no ha visto al amor,
muy de mañana,
andando de puntillas?

Sonrisa y... agua.


Alphonso CARBAJAL